Traducción:
Narró Abûl Yârûdî: Le dije a Abû Ya‘far (el Imam Muhammad Al-Bâqir, con él sea la paz): “¡Oh hijo del Mensajero de Dios! ¿Acaso sabes de mi amor por vosotros, de mi dedicación a vosotros, y mi fidelidad hacia vosotros?”. Dijo: “Así es.” Le dije: “Entonces te preguntaré una cuestión para que me respondas, puesto que yo soy ciego, de lento caminar y no puedo visitaros periódicamente.” Dijo: “Expón tu necesidad.” Dije: “Infórmame de lo que tú y la gente de tu casa profesan a Dios, Imponente y Majestuoso, de forma que yo profese ello.” Dijo: “Si bien fueron pocas tus palabras, esa fue una gran pregunta. ¡Por Dios! Que te proporcionaré lo que profeso y profesaban mis padres, mediante lo cual adoramos a Dios, Imponente y Majestuoso: El testimonio de que no hay divinidad más que Dios, que Muhammad es el Mensajero de Dios (BP), el reconocimiento de lo que él trajo de parte de Dios, aceptar a nuestro walî, desentenderse de nuestros enemigos, someterse a nuestra orden, esperar a nuestro Restaurador, y el esfuerzo y la piedad.”
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